TwitterFacebookRSSEmail

Viernes - 19.Abril.2024

Estás en: Historia

La guerra del compuesto G (Segunda parte)

(31/03/2014)

Autor: Ambros

  En la primera parte de esta anotación, hablamos de los conflictos que ocasionó la limitada cantidad de fertilizantes naturales en el siglo XIX. La necesidad de mantener la productividad agrícola y el aumento de población hicieron imprescindible elegir entre la guerra o el desarrollo de alternativas. Y, afortunadamente, existían alternativas. Esto redujo los problemas pero, como veremos, no los eliminó totalmente.

Después el agua y el carbono obtenido mediante la fotosíntesis, el nitrógeno es el nutriente más importante para las plantas. Una primera alternativa fue suministrarlo mediante el salitre extraído de las minas, el mismo compuesto que provocó la Guerra del Pacifico entre Chile, Perú y Bolivia. Años después, estos yacimientos pasaron a ser dominados, principalmente, por intereses británicos. De hecho, su control podría haber acortado sustancialmente la Primera Guerra Mundial. No fue así gracias a un gran desarrollo científico y tecnológico que proporcionó el premio Nobel a sus inventores. Hacia 1909, el químico alemán Fritz Haber desarrolló un método de laboratorio para fijar el nitrógeno de la atmósfera en forma de amoniaco. Esto permitía su uso en la fabricación de fertilizantes y explosivos. El interés militar y económico de este descubrimiento era enorme. Para 1913, y gracias a Carl Bosch, la empresa BASF consiguió la síntesis a gran escala del amoniaco. Este proceso, con continuas mejoras, sigue siendo fundamental para obtener fertilizantes basados en el nitrógeno.
 
En los últimos años, se está desarrando un método alternativo que no requiere ni instalaciones industriales ni un gran consumo de energía. Ya comentamos que las plantas leguminosas tienen un "acuerdo" con unas bacterias capaces de fijar el nitrógeno del aire en forma de compuestos que las plantas pueden utilizar. El uso de microorganismos promotores del crecimiento vegetal (PGPR), es decir bacterias fijadoras de nitrógeno en todos los cultivos permitiría prescindir de estos fertilizantes y es una de las líneas más prometedoras de la biotecnología. Pero aún falta tiempo para conseguir resultados completos y, aún más, para que la sociedad acepte estas tecnologías con normalidad.
 
El siguiente elemento crítico es el potasio y ahí tenemos más suerte. Es posible extraerlo de diferentes minerales y tenemos minas relativamente abundantes. No parece que vayamos a quedarnos sin él. Aunque queda un elemento de inquietud. Una compañía, Potash Corporation of Saskatchewan, controla el 19% de la producción mundial de forma directa y, al menos, otro 10% de forma indirecta. Personalmente, me parece mucho control para un elemento tan absolutamente crítico en la alimentación mundial.
 
El tercero de los elementos clave es el fósforo. Hablando del fósforo tenemos que volver a mencionar la historia de España. En 1947, España controlaba una zona del Sahara Occidental que ha sido motivo de disputas desde entonces. Ese año se descubrió que este desierto contenía enormes yacimientos de fósforo. Tan valiosos que, en los años sesenta, España construyó una gigantesca cinta transportadora de 100 kilómetros de longitud para transportarlo hasta la costa desde donde podía exportarse. Aún sigue funcionando y puede verse perfectamente en las imágenes de satélite de Google Maps.
 
Imagen por satélite. La línea recta es la acumulación de arena junto a la cinta
ya que esta es demasiado estrecha para verla.
 
 Detalle cinta transportadora de fosforo
La cinta transportadora de la mina de Bou Craa hasta la costa
 
Ese territorio sigue en disputa, probablemente porque no es un trozo de desierto cualquiera. Se calcula que contiene el 75% de las reservas con valor comercial del planeta. Ahora mismo, Marruecos es el primer exportador mundial de fósforo a través de la compañía estatal, Office Chérifien des Phosphates.  Otro ejemplo de concentración que resulta preocupante. Intentando reducir esta dependencia se esta trabajando en el reciclaje del fósforo que desechamos todos los animales, humanos incluidos. Un ejemplo es el proyecto PHORWater que busca recuperar para usos agrícolas el fósforo que llega a la estación depuradora de Calahorra.
 
En resumen, tenemos recursos suficientes para alimentarnos pero no debemos confiarnos en exceso. En primer lugar, los fertilizantes naturales cómo el guano proporcionan una mezcla mucho más rica de nutrientes pero no hay suficiente para las necesidades mundiales.  Los fertilizantes  minerales solo aportan unos pocos elementos concretos pero su aportación es imprescindible. Una buena combinación de ambos puede ser necesaria para evitar que el suelo se empobrezca en otros elementos que las plantas necesitan en pequeñas, pero cruciales, cantidades. Y, simplemente, no podemos alimentarnos sin tecnología. Esa época terminó y no debemos soñar con un pasado utópico que nunca existió y donde los recursos naturales eran suficientes para todos. Pero, si queremos alimentarnos de forma sostenible, necesitamos elegir bien que tecnología utilizar.
 
Podemos hacer una analogía con la situación del transporte en 1866, mientras se luchaba por las islas Chincha. En esa época, el principal transporte era el caballo. Muy natural pero nada sostenible y, desde luego, insuficiente para las necesidades de la población. ¿Os imagináis una población adicional de, por ejemplo, 2.000 o 3.000 millones de caballos para transportar a nuestros 7.000 millones de personas?  La tecnología que se creó en aquella época fue la bicicleta que podía complementarse con el ferrocarril. Así es, la bicicleta se inventó para sustituir al caballo, no al automóvil que aún no existía. Hoy en día nos enfrentamos al mismo reto. Elegir entre diferentes tecnologías y trabajar para conseguir nuevos avances tanto en la industria química como biotecnológica. Si no lo hacemos,  nuestro futuro puede contener nuevas guerras por los recursos necesarios para alimentarnos.  
Autor: Ambros
Visitas: 23643

Comentarios




¿Deseas recibir notificaciones de futuros comentarios?

Los cometarios serán validados por el administrador antes de aparecer en la web.



Dubitador el 27/08/2015:

Estoy por completo de acuerdo en que la tecnologia es parte de la solucion, siempre y cuando se opte por la tecnologia adecuada y no se perfila como adecuada aquella que reclama recursos escasos para su fabricacion y consume mucha energia, pues en general cabe decir que la tecnologia está asociada a un consumo creciente de energia y recursos. La agricultura moderna es basicamente la de toda la vida pero con tecnologia, o sea maquinaria, fertilizantes y pesticidas industriales, asi como transporte, procesamiento y distribucion que reclaman gran consumo de energia e implican gran afectacion medioambiental tanto por el medio silvestre que se deforesta y rotura, como por la contaminacion derivada de la diseminacion de agroquimicos (fertilizanes y venenos pesticidas). Hay que replantearse la agricultura, una actividad artificial que no tiene nada que ver con el medio silvestre en cuyo ambito se lleva a cabo, generando un emporio de golosinas que atraen a la vida que luego denominamos plagas y hay que exterminarlas. La agricultura ha de volver a las cercanias de los puntos de consumo y aislarla en lo posible del entorno silvestre, tanto para no afectarlo como para proteger los cultivos de las inclemencias naturales, incluidas las "plagas". Pero es que ademas ahorramos en todos los factores: principalmente agua y energia, por supuesto, tambien en fertilizantes. La cuestion es dejar de cultivar la tierra sita en el suelo y colocarla sobre recipientes elevados a una altura conveniente para los laboreos, susceptible de proteger con una cubierta, pues bajo este expediente podemos tener agricultura en cualquier lugar donde se disponga de sol y agua, en cualquier parte, precisamente cerca del punto de consumo, incluso tan cerca como en el propio espacio urbano. Sin embargo el invernadero no parece tampoco un gran cambio, puesto que por lo comun consiste en el mero hacer lo mismo pero bajo una cubierta. Propongo algo que denominaria invernaderos modulares elevados sobre unos soportes. Olvidemonos de los inmensos campos de monocultivo, que por lo comun suelen ser cereales y en su mayor parte destinados a la producccion de pienso para el ganado preso en establos industriales, pues la carne debera pasar a ser una excepcion en la dieta.

jorge vicente nieto berghusen el 19/04/2014:

no se sisera de su conocimiento que la empresa MCROMIX chilena prepara un super fertilizante Organico apaertir de algas y desechos de pescado ,y han obtenido un gran exito

Uso de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación y ofrecer contenidos y publicidad de interés. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestrapolítica de cookies. Aceptar