El ¿enemigo? interior

Ni los padres más protectores pueden salvar a sus hijos de todas las enfermedades. Menos aún cuando el virus esta escondido en nuestros propios genes. Lo sorprendente es que el 8% de nuestro genoma este compuesto de unos 98.000 virus.  Y que realicen un  papel vital e imprescindible en momentos como el embarazo. Pero, ¿como puede un virus llegar a heredarse? ¿y por qué la evolución no lo hace desaparecer?

En algunos casos, la torpeza de los fabricantes les ha llevado a vender ordenadores infectados con un virus. Sin embargo, si os digo que nuestro propio ADN esta mucho mas “contaminado” pensareis que exagero.  Y, sin embargo, la realidad es aún mas sorprendente. Existe una variedad de virus que no esta formada por ADN y se denominan retrovirus. Sus instrucciones para crecer y multiplicarse se almacenan en una molécula relacionada, el ARN, y cuando infectan una célula consiguen engañarla para producir ADN a partir de ella. En muy pocos casos, este proceso queda a medias. El virus acaba incrustado dentro del ADN humano y permanece allí. Cuando esto sucede en un óvulo o espermatozoide, el cambio genético es heredado y puede formar parte de sus descendientes. Las probabilidades son muy pequeñas pero con suficiente tiempo es inevitable. A estos virus se les conoce como retrovirus endógenos humanos, abreviado HERV por sus siglas en inglés.

Comparativa entre el ADN y el ARN   Fuente: Wikipedia

La siguiente pregunta es obvia, ¿y que hacen una vez incrustados? Algunos de ellos siguen siendo infecciosos y  pueden  aprovecharse de nuestras células para generar nuevos virus completos e independientes. También se sospecha, sin pruebas definitivas, que  pueden estar implicados en  diversas enfermedades humanas como esquizofrenia, fiebres reumatoides o esclerosis múltiple. En cualquier caso, esta claro que estos virus  son un problema para su portador. Con el paso de las generaciones deberían desaparecer como toda mutación perjudicial. Ni siquiera la alternativa de permanecer inactivos y sin hacer daño garantiza su supervivencia. Siguen siendo piezas sobrantes que hay que reproducir sin generar un beneficio al organismo. Y sin embargo, se han encontrado retrovirus que parecen mantenerse intactos durante millones de años.

¿Por qué permanecen sin ser eliminados? Aún no esta claro. La respuesta más sencilla, y probable, es que  han conseguido ser útiles. Después de interferir en el funcionamiento de nuestras  células han acabado realizando funciones valiosas e incluso indispensables. Por ejemplo, se ha descubierto que algunos retrovirus son imprescindibles para la formación de la placenta y la reproducción de las ovejas.  Y existen fuertes sospechas de que son  igualmente imprescindibles para nosotros, los humanos.  Al igual que las bacterias de nuestro intestino, que son fundamentales para una digestión correcta, estos virus han unido su futuro al nuestro.

Como el biólogo J.B.S. Haldane dijo en su momento. “Sospecho que el universo  no solo es mas sorprendente de lo que suponemos, sino mas sorprendente de lo que podemos suponer”