Nubes y dinosaurios en Venus

Hacia 1610, Galileo Galilei fue el primero en dirigir un telescopio hacia Venus y observar que tenía fases como nuestra Luna. La iluminación del Sol  y la posición de la Tierra se combinaban para mostrar zonas iluminadas y oscurecidas que solo podían explicarse y si ambos giraban en torno al Sol. Eso casi le costo la vida así que no es extraño que no profundizase en un segundo misterio. Venus no tenia cráteres ni marcas como la Luna, Mercurio o Marte. Su superficie parecía uniforme, como un océano o un manto de nubes. Pero ni él ni nadie sabían lo que estaban viendo.

Fases de Venus, El tamaño del planeta varía en función de la distancia entre la Tierra y Venus.

Fuente: Wikipedia

Hubo que esperar mas de 150 años, hasta que, en 1791, el ruso Mijaíl Lomonósov pudo estudiar el transito de Venus frente al Sol. En esa posición, Venus aparece con un círculo oscuro ya que el hemisferio luminado apunta al Sol y  solo vemos el lado oscuro. Sin embargo, una observación cuidadosa permitió ver un estrecho anillo de luz. Era la atmosfera de Venus que desviaba la luz solar. Así pues, Venus tenia una atmosfera. El siguiente paso era averiguar como era.
 
A falta de datos, se buscaron analogías con la Tierra, el único planeta que se conocía bien. En nuestro caso, la atmosfera tiene nubes de vapor de agua. Y una imagen tan uniforme parecía sugerir que las nubes cubrían Venus totalmente. Teniendo en cuenta  que su distancia al Sol es casi un 30% menor, se especuló con una atmosfera calida, con una evaporación masiva que era la causante del manto de nubes. Algo así como un clima monzónico pero sin temporada seca. Únicamente lluvia continua, calor tropical y terrenos empapados. Y dado que asociamos el agua a la vida, también se añadió una fauna completa incluyendo insectos, anfibios de todo tipo y hasta dinosaurios. El único hecho comprobado era que no podíamos ver nada de Venus pero la combinación inexperiencia e imaginación desbordada convirtió Venus en un pantano rebosante de vida. Incluso fue el destino alternativo de los derrotados marcianos al final de la novela “La guerra de los mundos” de H.G. Wells.

Las especulaciones duraron hasta 1920. El observatorio astronómico del Monte Wilson realizó las primeras observaciones mediante la espectroscopíaque determinaron que Venus era un mundo seco sin  niveles detectables de agua. Estudios posteriores encontraron enormes cantidades de dióxido de carbono  que formaban el 98% de su atmósfera. A pesar de que las nubes reflejan el 80% de la radiación solar la cercanía al sol y el efecto invernadero elevaban la temperatura media hasta unos terroríficos 465 grados centígrados.

Pero las nubes son  reales y cubren el planeta. ¿De que están hechas? Por sorprendente que parezca, las nubes están formadas por acido sulfúrico casi puro. Y llueve constantemente. Ni siquiera es un consuelo que el acido vuelva a evaporarse antes de llegar a la superficie. La presión allí multiplica por  90 veces la que tenemos en la Tierra a nivel del mar. Es equivalente a un kilómetro de profundidad en el océano lo que sumado a la temperatura la convierten en un sitio realmente hostil para la vida tal y como la conocemos.

Tal vez algún día descubramos bacterias capaces de resistir esas condiciones. Mientras tanto, debemos aprender a desconfiar de nuestra intuición y sentido común. Un Cielo lleno de nubes puede ocultar un Infierno insoportable.

Esta anotación pertenece a la serie 20 ideas que fracasaron.