Entre 1864 y 1866, Perú y España fueron a la guerra. El chispazo inicial fue el incidente de Talambo, la muerte en Perú de un trabajador inmigrante en origen guipuzcoano tras un confuso enfrentamiento con un terrateniente local. Insatisfecha con la respuesta peruana, y como medida de presión, España invadió las islas Chincha, fuente de buena parte de los ingresos de Perú. La sorprendente consecuencia fue que Chile declaró la guerra a España. Meses después lo hizo Perú, seguida de Bolivia y finalmente Ecuador. Tras dos años de combates, España claudicó y decidió devolver las islas. Lo más interesante para mí, fue descubrir porque las islas Chincha eran tan valiosas.
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