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Hacia una tarifa plana de consumo eléctrico

(18/12/2011)

Hay un cierto consenso en que la energía va a ser cada vez más cara al agotarse los recursos no renovables que utilizamos ahora. Sin embargo, eso no implica automáticamente que paguemos más por cada kilovatio-hora (en adelante kWh)  que consumimos. La combinación de tecnología y exigencias legales puede llevarnos a la sorprendente conclusión de que una tarifa plana de electricidad es un futuro posible. Incluso puede que probable.

 
La mezcla de cambios tecnológicos y consecuencias económicas no suele estudiarse demasiado bien. Supongo que los ingenieros nos centramos en desarrollar nueva tecnología que sea rentable en si misma mientras que los economistas ven la tecnología como un simple recurso y la incluyen en sus ecuaciones junto con los tipos de interés o los costes salariales. Pero el desarrollo de energías renovables como paneles solares o pequeños aerogeneradores puede obligar a cambiar no solo las cifras sino algunos de los modelos de cálculo. Lo que sigue es una especulación personal que me ha parecido interesante porque es bastante diferente de lo que suele leerse por ahí.
 
 
 
Actualmente la energía renovable solar o eólica es más cara que sus alternativas contaminantes. Para promocionarla, se obliga a las compañías eléctricas a comprarla a un precio artificial que permite ganar dinero a sus promotores. Afortunadamente es un coste que va disminuyendo año a año lo que no sucede con el petróleo o el carbón. Desde un punto de vista estrictamente económico, las compañías no tienen interés en apostar por ellas hasta que el coste sea igual o menor. En un momento intermedio, el coste de esta energía será equivalente a un precio distinto y más alto. El precio que pagamos los consumidores. En ese punto, las cosas comienzan a ponerse interesantes. Si un panel solar o un pequeño aerogenerador pueden producir electricidad a un coste mas barato que la red tiene sentido comprarlos y utilizarlos directamente.  Un particular, una comunidad de vecinos o una empresa podrían llenar su tejado de paneles, reduciendo su consumo y, por tanto, la factura que pagan a la compañía suministradora. Es un futuro tan cercano que España acaba de aprobar la normativa legal para gestionar el autoconsumo de renovables.
 
El punto clave es que, legalmente, las compañías eléctricas están obligadas a garantizar el suministro en cualquier situación. Por ejemplo, en un día nublado y sin viento. Un día en el que todos esos consumidores vuelvan a la red para pedir la energía que necesitan. Esto les obliga a disponer de capacidad de generación suficiente, aunque este parada y en espera, y de líneas de suministro sobredimensionadas para hacer frente al mayor consumo posible. En el escenario definido anteriormente, el coste de las infraestructuras de producción y transporte sería cada vez más significativo en la factura total. Y si el consumo medio se reduce ¿Cómo hacer frente a dicho coste?
 
Mi opinión es que las compañías eléctricas solo tienen tres opciones. La primera es aumentar el precio de cada kWh. Naturalmente, eso haría aún más rentable que los usuarios busquen sus propias alternativas. La segunda es recurrir a los contratos de interrumpibilidad. En estos contratos, una compañía recibe energía mas barata a cambio de reducir o eliminar su consumo cuando aumenta la demanda. No creo que sea suficiente y también impulsaría la búsqueda de alternativas fuera de la red.  La última es subir el precio de la parte fija asociada al derecho a recibir una determinada potencia. Una tarifa plana a pagar por el derecho a consumir electricidad de la red. A cambio se podría mantener o reducir el coste de cada kWh. Incluso podríamos llegar a tener una tarifa plana limitada como sucede actualmente en telefonía móvil. Sería la mejor forma de bloquear el cambio, al hacer que no fuese rentable para los usuarios.
 
Este planteamiento no cambia demasiado aunque desarrollemos sistemas eficaces de acumulación de energía mediante parques de baterías o centrales hidroeléctricas reversibles (no os perdáis este vídeo sobre el proyecto de la Muela II). Para las compañías es otra inversión que deben recuperar de alguna forma y que sube sus costes fijos. En un mundo donde la energía cada vez es más cara, las compañías podrían decidir no cobrar por el consumo dentro de ciertos límites. Un efecto secundario de lo más extraño e inesperado
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Comentarios




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Barcelona el 30/12/2011:

Desgraciadamente la energía nuclear sigue siendo imprescindible.

Ambros el 18/12/2011:

alien9000 No soy enemigo de la energía nuclear. El problema es el modelo de desarrollo que se ha seguido. Hay interesantes diseños a pruebas de fallos que nunca han llegado a desarrollarse fuera de la universidad como el tipo TRIGA (http://bit.ly/uhxoDQ) También creo que se impulso la implantación de la energía solar y eólica antes de que estuvieses suficientemente desarrolladas como conté en "Premios frente a subvenciones" (http://bit.ly/tqUNZ6) pero la tecnología cambia muy rápido. y no me refiero a avances de laboratorio sino a mejoras en líneas de producción, a reducción de costes de fabricación. En un plazo de 10 años creo que la energía solar será totalmente competitiva con cualquier otra fuente sin ninguna subvención. Y diez años es lo que cuesta construir una central nuclear. Mi impresión es que todo el debate nuclear será obsoleto en pocos años. Siempre que consigamos un buen sistema para almacenar energía que es nuestro punto débil ahora mismo.

Ambros el 18/12/2011:

JPatache, el tema de la acumulación de energía es la clave. No tengo claro que el hidrógeno sea la mejor solución, requiere demasiado infraestructura nueva. Pero hay mucho interés y muchos grupos probando diferentes alternativas. Creo que alguna funcionará y solo espero que sea a tiempo.

alien9000 el 18/12/2011:

Siempre se nos plantea un futuro prometedor de las fuentes de energía renovables, pero lo que tenemos es un presente muy mediocre en el caso de la energía eólica y francamente desolador en el caso de la fotovoltaica. A la energía nuclear no se le dan tantas oportunidades y no obstante va avanzando y mejorando en seguridad y rendimiento, allí donde no se le ponen tantas trabas. La central de Fukushima, con ser antigua y haber estado sometida a una de las catástrofes naturales más devastadoras de la historia, sufriendo una fusión total del núcleo (en el primer reactor) y ocurriendo esto en unos momentos en los que el pais estaba completamente desbordado, no ha sido tan dañina como lo ha sido en España el carísimo programa fotovoltaico, que ha enviado al paro y la precariedad a miles de profesores, médicos, pensionistas, etc. Igual que en la aviación, cuando ocurre un accidente en la industria nuclear, se estudia para mejorar el diseño de las futuras centrales, reduciendo el riesgo, sin embargo la reacción popular, explotada demagógicamente por oportunistas apocalípticos, en lugar de fomentar la creación de nuevas centrales más seguras, provoca que se prolongue la vida de las antiguas, por miedo a quedarse sin nada. Si en el parque automovilístico la seguridad aumentó considerablemente con el plan Renove, en las centrales funciona un plan anti-renove, que nos lleva a cerrar centrales nuevas y prorrogar las viejas. La central de Garoña, con una producción modesta y demasiado próxima a Miranda de Ebro y Vitoria, estaría ya cerrada, si se dispusiera de centrales mucho más productivas, seguras y mejor situadas, como la que se cerró en Valdecaballeros (Badajoz). Hay una alternativa muy interesantes que consiste en utilizar energía eléctrica para producir hidrógeno, cuando es excedentaria (en momentos de baja demanda, en países con grandes recursos hídridos o en los que la histeria antinuclear no es tan tenida en cuenta por las autoridades) y utilizar ese hidrógeno para producir electricidad en pequeñas micro centrales montadas en los coches. Cuando el coche circula sirven para rellenar sus baterías, pero cuando el coche está aparcado, produce electricidad para el consumo doméstico. De esta forma se reducirían los picos de demanda y las redes de distribución serían mas sencillas. Hoy el mayor problema está en el transporte eficiente del hidrógeno, ya que deben prevenirse explosiones y fugas, por lo que se introduce en una matriz de gel que es más pesada que el propio hidrógeno que contiene. Pero ya hemos visto que la tecnología evoluciona y mejora.

JPatache el 18/12/2011:

Siempre me han interesado las formas de producción eléctrica con las que se pueda llegar al autoconsumo, y el como salvar la fase en la que no hay sol, no hace viento. Si se piensa en baterías, hay que pensar en el pedazo de batería que hace falta y en que la suma de baterías para todas las instalaciones domesticas hacen esto prácticamente inviable. Pero siempre se puede producir hidrógeno para una pila de combustible. Cuando no hay sol ni hace viento, se consume la electricidad de esa pila de combustible. Eso es también el complemente ideal para que los generadores eólicos puedan funcionar en las horas valle, generando hidrógeno para las horas puntas. http://www.agenciasinc.es…de-energia-solar-y-eolica

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