Islandia es uno de los países con mayor potencial para aprovechar la energía geotérmica de alta temperatura. Es la ventaja de estar situado sobre volcanes. Cualquier otro país que intentase lo mismo tendría que excavar profundos pozos de varios kilómetros para poder acceder a zonas de alta temperatura. O, como alternativa “barata”, utilizar bombas nucleares para crear tu propio punto caliente.
Después de hablar de la energía geotérmica de baja temperatura ahora toca comentar algo sobre su pariente de alta temperatura. La geotermia de alta temperatura propone utilizar el calor del interior de la Tierra para obtener energía de forma similar a las centrales térmicas convencionales. No es una idea nueva y, como ejemplo, os recomiendo leer el curioso artículo de Alpoma titulado “El pozo geotérmico de Flammarion” donde explica que hace 100 años ya había quien soñaba con lograrlo. Actualmente se trabaja en diseños basados en pozos de hasta 4.000 metros de profundidad donde se inyecta agua, desciendo al fondo para calentarse y es bombeada de nuevo a la superficie. Google.org, la fundación de Google, patrocina algunos proyectos sobre energía geotérmica y tiene un estupendo video explicando el proceso.
De momento son proyectos a pequeña escala. Solo unos 50 MW, el equivalente a unos 30 molinos eólicos actualmente en servicio. Sin embargo, el potencial es alto. Se estima que un 2% del calor almacenado bajo los Estados Unidos sería suficiente para cubrir sus necesidades de energía. Como factor en contra, es una tecnología sin experiencia y es difícil estimar los costes de construcción y la vida útil de las instalaciones.
A mediados de los años 70, cuando otra crisis energética golpeó al mundo, el laboratorio nuclear de Los Álamos recordó que una bomba de fusión era mucho más fácil de construir que un reactor. El proyecto PACER proponía construir una cámara de unos 400 metros de diámetro relativamente cerca de la superficie. Esta cámara se llenaría parcialmente con sales fundidas y se mantendría caliente mediante sucesivas explosiones nucleares subterráneas. El funcionamiento del complejo seria similar al de las grandes centrales solares de concentración aunque el calor provendría de una fuente totalmente distinta. El estudio se limito a simulaciones teóricas basadas en los resultados obtenidos en ensayos nucleares subterráneos . No se intentó un ensayo real pero los cálculos indicaban que era perfectamente factible y realizable con la tecnología de la época.
Imagen: Campo de explosiones nucleares subterráneas.
Fuente: Nevada Division of Environmental Protection
¿Posibles problemas? Muchos. Empezando por como evitar la fuga de gases radiactivos. O como conseguir un suministro continúo de bombas nucleares (aunque en eso tenemos cierta experiencia). Por no mencionar los problemas de mantenimiento en un entorno radiactivo como el interior de la cámara. ¿Y los residuos? Permanecerían dentro de la cámara liberando más calor. Como método parece mucho más peligroso y descontrolado que un reactor. Sin embargo, sigue siendo el único diseño que podríamos construir con tecnología actual para aprovechar la energía de fusión.
Tal vez por eso, el concepto no ha sido olvidado del todo. A mediados de los ochenta, el Lawrence Livermore National Laboratory repitió los cálculos utilizando bombas de menos potencia y cavidades revestidas de acero. Su conclusión es que era factible pero necesitaba de ensayos reales para poder estimar su rendimiento y rentabilidad. Incluso hay quien ha intentado patentar el proceso.
Personalmente me sigo quedando con la energía geotérmica. Solo espero que si empezamos a perforar pozos e inyectar agua a gran escala no descubramos algún efecto secundario indeseable. No sería la primera vez.