La semana pasada tuve la oportunidad de visitar el museo de Altamira y la neocueva construida como reproducción de la original. En la neocueva éramos solo una decena de personas incluyendo a la guía. Una lastima y una suerte para nosotros porque nos permitió disfrutar aún más de la visita.
Hay poco a añadir sobre el arte contenido en la cueva. Otros muchos con mayor conocimiento y habilidad ya lo han explicado antes. Lo mejor que puedo decir es que merece la pena ir a verlo aunque sea una reproducción. Sigue siendo un espectáculo fascinante.
Pero mi corazón de ingeniero quedo aún mas impresionado por el museo adyacente y la tecnología que recogía. Por la habilidad de estos humanos de hace 10.000 años para desarrollar herramientas a base de piedra y hueso. Sin metales. Sin plásticos. Con pieles pero solo si podían cazarlas, limpiarlas y prepararlas. Con madera pero solo eran capaces de cortarla y extraerla utilizando herramientas que debían fabricar primero. Sus conocimientos eran el resultado de dos millones de años de lento y penoso avance. Las últimas versiones son herramientas perfeccionadas por seres tan inteligentes como nosotros que estaban absolutamente motivados para ello. Su supervivencia, su ropa y alimento dependían de estos útiles. Después de todo, es difícil pensar en el arte sin el estómago lleno o, al menos, suficientemente saciado.
Fabricar estas piezas también tiene mucho de arte. Miguel Ángel dijo "Cada trozo de piedra tiene una estatua y es misión del escultor descubrirla". Algo parecido se puede decir de la habilidad de nuestros antepasados de Altamira para obtener cuchillos, raspadores y otras herramientas de suaves cantos rodados. Golpeando piedra contra piedra eliminaban algunos fragmentos para crear bordes afilados y cortantes para trabajar, bordes romos para sujetar y formas adaptadas para distintas tareas. La dirección y fuerza de los golpes marcaban la diferencia entre acabar con una herramienta útil o montón de fragmentos sin valor. Un arte perdido para la mayoría de nosotros aunque en Internet pueden encontrarse instrucciones para elaborar útiles de piedra similares a los suyos. Aunque, seguro, de mucha peor calidad.
Fuente: Wikipedia
El resultado eran los objetos básicos para su supervivencia. Armas como las puntas de flecha para cazar, útiles de uso diario cuchillos para extraer la piel o raspadores para limpiarla. Y, a partir de estas, herramientas de hueso mas delicadas y precisas como azagayaso agujas para coser las pieles y fabricar su vestimenta.
Os recomiendo la visita que realmente merece la pena. Aunque me quedo algo de envidia al escuchar a otra de las visitantes que pudo visitar la cueva iluminada por lámparas de tuétano similares a las utilizadas hace 12.000 años. Seguro que es una sensación única.