Parece que las plantas desaladoras basadas en la ósmosis inversa han llegado para quedarse. Su principal inconveniente es el consumo de energía pero ¿podría aprovecharse en sentido inverso? ¿Sería posible producir energía aprovechando la diferente concentración de sales entre el océano y un río?
Ya hemos hablado varias veces sobre la ósmosis y sobre alternativas para producir la energía ahora que el petróleo esta subiendo de precio. Hace poco me sorprendió esta noticia en Consumer.es que mencionaba un mecanismo que yo no conocía para obtener energía eléctrica. La ósmosis utilizando agua dulce y marina
Recordemos que la ósmosis consiste en el paso de un disolvente a través de una membrana semipermeable desde una disolución con baja concentración de soluto a una mas concentrada. El movimiento se detiene cuando se igualan las concentraciones o se aplica una presión que compensa la diferencia. En el caso del agua de mar, el agua es el disolvente que se desplazaría desde el agua dulce hacia el agua de mar que contiene una mayor cantidad de cloruro sódico (el soluto). Debajo podemos ver un gráfico sacado del blog Laboratorio de Química.

Mientras que la ósmosis inversa emplea presión para invertir este proceso y generar agua dulce, aquí la idea seria bloquear el curso de un río dirigiendo el flujo de agua dulce al océano a través de una membrana semipermeable. De esta forma se podría aprovechar el flujo del disolvente para generar energía. El exceso de fluido, formado por agua salobre, podría verterse directamente al océano imitando el proceso natural.
De momento, los proyectos mas avanzados en esta línea solo producen
solo decenas o unos pocos cientos de kilowatios. Sin embargo, no se prevén grandes obstáculos para aumentar el tamaño de las plantas al igual que ha sucedió con las desaladoras. Después de todo, la tecnología es muy similar. El proyecto mas interesante se esta desarrollando en Afsluitdijk, un dique de 38 kilómetros que protege parte de la costa de los Países Bajos. En este caso seria posible obtener hasta 200 megawatios de energía. Además se vertería en el Atlántico, y sin coste energético, el agua dulce procedente de lluvia y los ríos que amenaza permanentemente con inundar los Países Bajos. Para quien este interesado en más detalles, hay un
folleto en pdf de la empresa Statkraft detallando la tecnología disponible en este campo.
Naturalmente esta es una fuente de energía que no se libra de tener un importante impacto ambiental. Aunque el agua de los ríos acaba mezclada con el mar, la zona intermedia esta llena de vida animal y vegetal. Obtener energía, destruyendo de paso todas las marismas, no es una solución muy ecológica. Pero, en circunstancias y lugares concretos como el mencionado, puede convertir en una fuente interesante. Seguramente necesitaremos muchas soluciones parciales de este tipo para producir toda la energía que nos hace falta.
Aunque sería curioso que la ósmosis en ciertos ríos proporcionase energía para las plantas desaladoras en otros lugares de la costa. Como simple opinión personal, hay algo que echo de menos entre tantos ataque políticos sobre la gestión del agua. Un buen montón de números. Los suficientes para saber si es más barato represar el agua para transportarla luego o producir energía para desalarla donde se necesita. Pero eso es otra historia.