En 1962 se construyo el
NS Savannah, el primer mercante nuclear y el modelo de una nueva era. Otros países como Japón y Alemania construyeron sus propios buques. Pero
10 años después el NS Savannah fue apartado del servicio en silencio. Esta idea no murió por las, seguramente justificadas, criticas ecologistas. Simplemente, sus promotores no se habían parado a pensar como se utiliza un buque mercante.
La idea del mercante nuclear surgió durante los años cincuenta cuanto se multiplicaban las centrales nucleares y parecía que los problemas energéticos de la humanidad habían desaparecido. El presidente
Eisenhower presentó en las Naciones Unidas el programa “Átomos para la paz” por el cual los Estados Unidos trabajarían para extender la energía nuclear con fines pacíficos en el mundo. Esto implica construir reactores pero también vehículos movidos por dicha energía.
Los submarinos son los mas conocidos aunque no son los únicos. Uno de los primeros ejemplos fue el portaaviones Enterprise. Teóricamente era el primero de una clase pero su tremendo coste, incluidos los
¡ocho! reactores nucleares que contiene, acabaron con el proyecto. Pero una vez probados en el mar, ¿podían estos reactores utilizarse para impulsar un mercante?

El mercante nuclear Savannah. Fuente: Atomic Engines
La gran diferencia con un buque militar es que nadie paga a un mercante por navegar patrullando los mares. Se le paga por llegar a puerto, cargar y descargar en su destino lo antes posible. De hecho, lo ideal seria que los buques pudiesen teletransportarse instantáneamente de un puerto a otro. Y mientras cargan y descargan pueden volver a llenar sus depósitos de combustible porque la infraestructura ya existe y la operación es sencilla y relativamente rápida. La principal ventaja de la propulsión nuclear, una gran autonomía, perdía mucha de su importancia.
Y luego venían los inconvenientes. Aunque el gasto en combustible era muy bajo había que contar con una inversión inicial mucho más alta, mayores gastos de mantenimiento, mucha más formación de los marineros, etc. Como regla general, se concluyó que un barco nuclear civil no era rentable. Incluso dentro de las marinas militares los buques nucleares son minoría.
¿Y las excepciones? Las hay. Un rompehielos nuclear tiene mucho sentido porque su objetivo es navegar y mantener abiertos canales en el hielo. Y cuanto menos tiempo pase en el puerto mas eficaz resulta. Por otro lado, la autonomía también es muy importante. Romper hielo consume mucho mas combustible que la navegación normal y, si se queda sin combustible, el buque puede acabar atrapado por el hielo o hundirse tras ser golpeado por un iceberg. Por eso los rusos han construido
10 rompehielos nucleares siguiendo la estela del Lenin. Botado en 1957, fue el primer buque nuclear civil y se mantuvo en uso durante treinta años.
Tal vez los problemas técnicos y económicos podían haberse solucionado. Pero pensando en los riesgos de accidente y, viendo como la piratería resurge en lugares como Somalia, me quedo mas tranquilo sabiendo que esta idea no salio adelante.
Esta anotación pertenece a la serie 20 ideas que fracasaron.